Mexico and the World
Vol. 11, No 3 (Summer 2006)
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Reseña del libro de Guillermo E. Hernández†

Por Felicitas Ibarra

Diez Mil Millas de Música Norteña: Memorias de Julián Garza

[En Entrevistas de Historia Oral por Guillermo E. Hernández†]

Culiacán, Los Angeles, Guadalajara:
Universidad Autónoma de Sinaloa, PROFMEX,
UCLA Program on Mexico, University of Guadalajara,
2003

196pp. Índice.  ISBN 970-660-064-7

RESUMEN

    Diez Mil Millas de Música Norteña: Memorias de Julián Garza fue un proyecto propuesto por el mismo Julián Garza. Julián le pidió a Guillermo E. Hernández que escribiera su biografía aunque ya sesenta y nueve años lejos de la narración.  Para que este texto fuera una lectura fluida y amena, el escritor admite que “la transcripción de estas charlas sin los defectos naturales al hablar, ya sean repeticiones, falsos comienzos o las acostumbradas correcciones que no se hace incesantemente” (11). El objetivo del escritor era recrear una de esas largas conversaciones con el mismo Julián y cómo él se lo pudo haber contado a una audiencia de su tiempo o alguien con una experiencia similar. 


    La historia de Julián empieza antes de la Segunda Guerra Mundial en Guadalupe, Nuevo León. Julián nace y permanece en El Porvenir, Nuevo León hasta los cuatro años de edad.  Su familia y él se mudan a Guadalupe cuando tenía cinco años de edad. Julián cuenta una variedad de anécdotas de su infancia, de sus experiencias en la escuela, en la calle y con sus padres.


    Una anécdota importante es el origen de su afición por el corrido. Durante su niñez, Julián aprende de su madre tres canciones: “Vereda Tropical”, “Al toque del Alba” y “El vals María Elena”. Su madre despierta ese interés por el corrido ya que se aprende uno de los romances clásicos, “El vals de María Elena”, que con el tiempo se convierte en “El corrido de Elena”. Además de enseñarle estas canciones, su madre le regala una guitarra que su vecino Manuel le enseña a tocar.  Esa misma guitarra que utiliza como instrumento para escribir sus corridos al buscar la melodía apropiada para sus composiciones. Su interés por la música fue entonces formalmente establecido. No sólo se despertó el interés por ser músico, sino también la afición por los corridos y corridistas como Los Alegres de Terán. Este detalle es importante porque ya teniendo su grupo llega a tocar con ellos.


    En otra ocasión, en la fonda de su tía, en Reynosa, él relata que llegó un norteamericano a la fonda y pidió que se cantara tres veces “Arturo Garza Treviño”. Él comenta cómo aprende de memoria este corrido y cómo desde ese momento corría a escuchar la sinfonola en cualquier sitio que escucharan corridos, por ejemplo en cantinas.  Por lo tanto, su madre y la música de su tiempo despiertan su interés musical.


    En lo que respecta a otros sucesos, el narrador cuenta sobre otros detalles inolvidables. Un suceso inolvidable es cuando Julián vio a su vecino Adolfo matar con una varilla a un pastor alemán rabioso. Otro suceso de terror es el incendio de la casa de Ezequiel Reséndez.  Además de estos sucesos que le causan miedo, Julián cuenta sobre las hazañas de sus amigos o de personas que conocía de los lugares, ya Guadalupe o El Porvenir, u oficios que practicó. 


    En el período que comienza en su adolescencia hasta que alcanza la edad adulta, Julián Garza revela muchos sucesos. Una memoria inolvidable es su primer amor, Yolanda Elizondo, con la cual se encuentra después de veinticinco años. La segunda memoria importante es cuando quebró su guitarra que le regaló su mamá. Entre muchos recuerdos, Julián cuenta sobre la pérdida de su virginidad y sus relaciones amorosas con una gran variedad de Martas.


    Además de estas anécdotas, Julián cuenta sobre sus oficios, esos trabajos manuales en los cuales tuvo que sobresalir y “hacerse notar”. Uno de ellos es cuando trabajó en el Electrodos, en donde tuvo que defender sus derechos porque se negaban a  pagarle. Por otra parte, en el trabajo del ferrocarril, se “hizo notar”.  Inicialmente lo contrataron como trabajador temporal por un mes. Julián doblaba turnos y trabajaba horas adicionales. Él hacía el trabajo de dos hombres y por esta causa le ofrecieron trabajo de planta. En forma de broma, Julián compuso uno de sus primeros corridos, “El corrido de Cuco el gordo”, jefe de las maquinarías de perforación.

    Juan Antonio Treviño influyó significantemente en su carrera artística, ya que inspiró e insistió que Julián escribiera corridos. Julián produce sus tres y más importantes corridos: “Pistoleros famosos”, “Las tres tumbas” y “Luis Aguirre”.  Poco a poco empieza a relacionarse con otros compositores como Narciso Pérez Leyva, quién compone para Carlos  y José.  De esta manera se empezó a relacionar con disqueras, como Discos DLB, pero sin ningún resultado. Después, Julián empezó a crear su propio grupo, el dueto Luis y Julián, y empezó a hacer giras. En los inicios de su carrera, tuvo que pagar por su calidad de novato: hubo problemas de autoría con algunos de sus corridos porque algunos cantantes, como Juan Villareal, grabaron sus corridos como suyos. Con el problema de autoría, Julián enfrenta el problema de variantes, por ejemplo, Los Cadetes de Linares variaron la letra de “Pistoleros famosos”. 


    Además de los conflictos de autoría y variantes, Julián explica cómo escribe sus corridos. Los corridos de Julián son de seis líneas y no de cuatro para ampliar su contenido. Él explica cómo los corridos tradicionales utilizan frases “trilladas” como “Año de mil novecientos” y “Vuela, vuela palomita”. Los primeros cinco corridos “Pistoleros famosos”, “Las tres tumbas”, “Jesús Pata de Palo”, “Luis Aguirre” y otro, que no se recordaba, fueron los corridos que le dan fama y éxito.


    La narración gira en torno de “la taloneada” de Julián. Él graba discos y canta en fiestas y cantinas desde los treinta y ocho años de edad e inicia sus giras artísticas por el estado. Por las composiciones de corridos y las presentaciones del dueto Luis y Julián, Julián Garza pasa a tener fama internacional. Finalmente, debido a su éxito, el dueño de la disquera DLB, Basilio Villareal, le da una oportunidad de grabar después de haberse negado una vez. En el transcurso de Diez millas de música norteña, Julián pasa de ser un obrero a un exitoso compositor y cantante que llega a tener autoridad en el medio artístico.

ÍNDICE

La afición al corrido
Guadalupe, Nuevo León
Recuerdos de El Porvenir
Pedro de Urdimalas y otros cuentos
Primeras aventuras
Lecturas
Tocábamos poquito
Servicio militar
La niña más hermosa del barrio
Chambas
¿En todo el mundo?
Camiones de volteo
¿No que no, culeros?
Empecé a destacar
Sigo jugando béisbol
Compuse cinco corridos
La taloneada
Hicimos nuestro grupo
Con la guitarra en la mano
Como treinta Martas
Empezamos a hacer giritas
“Me la van a cantar tres veces”
Esta es música popular
A la tierra que fueres
El Espinazo del Diablo
No enamores con carne
Ricardo del Fierro
Chito Cano
El cabo de Michoacán
¿Cuándo te los acabas?
Festival de la Canción Ranchera
La víbora no traía pistola
Verso por verso y así salió
Yo no les hago un corrido
Te dejamos el baile tirado
Terrible cuerno de chivo
¿Tú quién eres?
El es el productor
Nada más él se mató
Me está quitando lo mío
Empiezo a venadear federales
La venganza de María
Glosario

 

COMENTARIOS

    En Diez mil millas de música norteña, Guillermo E. Hernández tiene la gran tarea de transcribir las memorias de Julián Garza de 69 años. El propósito de Hernández es recrear una larga conversación a partir de las grabaciones de las conversaciones con Julián Garza. Por este mismo detalle, una de las preguntas claves del texto es ¿hasta qué punto es Diez mil millas de música norteña biografía, historia o literatura? Por eso mismo, ¿hasta qué punto es Julián Garza real o ficción, o ambos? ¿Es Julián Garza, el personaje, igual a Julián Garza, el compositor?


    El valor de Diez mil millas de música norteña es mostrar la trayectoria de una vida como compositor y presentar los esfuerzos de un compositor novato en ese mercado. Se trata de un compositor real que vivió una vida difícil mudándose de un lado a otro. Existen pocos o ningún texto que explique la trayectoria no sólo de la vida de un corridista, sino también de la construcción de su carrera. Este texto nos presenta cómo el talento y la terquedad llevar a Julián Garza a triunfar. Julián llega a triunfar en el medio artístico como corridista profesional y se convierte en una autoridad en el medio. En la larga línea de compositores, Julián Garza llega a tomar una posición de liderazgo y autoritaria del género corrido. Mediante los esfuerzos, los obstáculos, el éxito y la interacción de Julián Garza con otros corridistas, Julián presenta una percepción de uno de los corridistas novatos de los años cincuentas. 

    Diez mil millas de música norteña no sólo traza la trayectoria de la carrera artística de Julián, sino también la geografía mexicana y del suroeste de los Estados Unidos que recorrió el personaje. El título recuerda al mismo territorio que recorrió Pancho Villa durante la Revolución Mexicana y a los 20,000 kilómetros de campaña de Álvaro Obregón. El lector conoce cómo un sujeto común, trabajando como mano de obra para un ferrocarril, logra llegar a componer para Discos DLB y Carlos y José.


    Finalmente, el lector conoce las frustraciones de un compositor, cómo se compone un corrido, cuál es su audiencia y cómo obtiene popularidad. Estos detalles son importantes para dar a conocer al lector moderno una conciencia de la época del compositor y los medios e impulsos que utiliza para escribir sus corridos.  La importancia fundamental de Diez millas de música norteña es la percepción de los acontecimientos artísticos, el registro del mundo artístico de esa época y las  experiencias como corridista.

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